Un artículo publicado hoy en la revista Environmental Remote Sensing proporciona una revisión detallada de la historia histórica del iceberg gigante A-68 que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C de la Antártida y evalúa su impacto en el medio ambiente.
Las últimas investigaciones y cálculos muestran que la pieza más grande de A-68A después de la desintegración ha liberado decenas de miles de millones de toneladas de agua dulce en el mar cerca de la reserva natural marina, o tiene un impacto incalculable en el ecosistema local.
En julio de 2017, el iceberg gigante A68 se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C en la Antártida. Con 5.664 kilómetros cuadrados (2.187 millas cuadradas), es uno de los icebergs más grandes jamás registrados.
Permaneció adherido a la plataforma de hielo durante unos dos años mientras flotaba en las heladas aguas del mar de Weddell. Sin embargo, a principios de 2020, la A68 comenzó a desviarse hacia el norte hacia las aguas abiertas del Pasaje de Drake.
En la segunda mitad de 2020, se descubrió que una gran parte del A-68A que se desintegró del A68 chocó con la importante reserva de la isla Georgia del Sur.
Se temía que el iceberg permaneciera en el lecho marino poco profundo durante una década, causando daños a los carteles que llaman hogar a la isla, así como a los hábitos de alimentación y reproducción de los pingüinos.
Afortunadamente, el iceberg gigante se alejó flotando de aquí y se rompió en pedazos más pequeños. Para abril de 2021, los escombros eran demasiado pequeños para rastrearlos con imágenes de satélite.
Sin embargo, es probable que el impacto del A68 en la región se mantenga, especialmente, ¿cuánta agua dulce se liberó en el océano cuando se derritió el A-68A?
Para investigar, un nuevo estudio utilizó datos de cinco misiones satelitales diferentes para mapear el tamaño y el grosor del iceberg a lo largo del tiempo.
El equipo primero calculó el área cambiante del iceberg utilizando imágenes ópticas de Copernicus Sentinel 3, la misión Terra y datos de radar de Sentinel 1.
Luego se midió la altura sobre el mar del iceberg utilizando datos de las misiones CryoSat e ICESat-2. Después de determinar el grosor y medir el área combinada, se puede calcular el volumen total del iceberg.
El rastreo encontró que cuando el A-68A llegó a aguas poco profundas cerca de Georgia del Sur, solo se extendió 141 metros (463 pies) por debajo de la esponja, escapando por poco del destino de quedar atrapado en el lecho marino a 150 metros (492 pies) de profundidad.
Además, los investigadores estiman que el A-68A liberó alrededor de 152 mil millones de toneladas de agua dulce en las aguas de Georgia del Sur. Esto podría afectar la circulación oceánica, la aparición de plancton y los hábitos de alimentación de otros animales en el área, pero se necesita más determinación.